Halloween
(contracción de All Hallows' Eve, 'Víspera de Todos los Santos')
tiene origen en una festividad celta: el
Shamhain (fin del verano). En esta fecha celebraban el fin de la época de cosecha y el año nuevo celta.
“Los antiguos celtas
creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la
llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como
malévolos) pasar a través.
Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. En Escocia los espíritus fueron suplantados por hombres jóvenes vestidos de blanco con máscaras o la cara pintada de negro” – Wikipedia-
Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. En Escocia los espíritus fueron suplantados por hombres jóvenes vestidos de blanco con máscaras o la cara pintada de negro” – Wikipedia-
El cristianismo llevó su fiesta de todos los
muertos y los santos del 13 de mayo hacia el 1 y 2 de noviembre respectivamente en
épocas de Gregorio III (731 – 741) y Gregorio IV (827–844) pues se había
establecido la fiesta pagana.
La costumbre de pedir dulces de puerta en puerta (trick-or-treating) se popularizó alrededor de 1930. Según se cree deriva de una práctica que surgió en Europa durante el siglo IX llamada souling, una especie de servicio para las almas. El 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, los cristianos primitivos iban de pueblo en pueblo mendigando "pasteles de difuntos" (soul cakes), que eran trozos de pan con pasas de uva. Cuantos más pasteles recibieran los mendigos, mayor sería el número de oraciones que rezarían por el alma de los parientes muertos de sus benefactores. En esa época se creía que los muertos permanecían en el limbo durante un período posterior a su fallecimiento y que las oraciones, incluso rezadas por extraños, podían acelerar el ingreso del alma al cielo.
La práctica se difundió en Estados Unidos como un intento de las autoridades por controlar los desmanes que se producían durante la noche de Halloween. Hacia fines del siglo XIX, algunos sectores de la población consideraban la noche del 31 de octubre como un momento de diversión a costa de los demás, probablemente inspirado por la "noche traviesa" (Mischief Night) que formaba parte de la cultura irlandesa y escocesa . La diversión consistía en derribar cercos, enjabonar ventanas y taponar chimeneas, pero gradualmente dio lugar a actos de crueldad contra personas y animales, llegando a su punto máximo en la década de 1920 con las masacres perpetradas por los enmascarados del Ku Klux Klan.
Las calabazas caladas tienen su origen en el folklore irlandés del siglo XVIII. Según se cuenta, aluden a la leyenda de Jack O'Lantern.
Los irlandeses solían utilizar nabos y velas o brasas para fabricar sus "faroles de Jack", pero cuando llegaron a Estados Unidos advirtieron que las calabazas eran más abundantes que los nabos. El farol no tenía como objetivo convocar espíritus malignos sino mantenerlos alejados de las personas y sus hogares.
Luego, olas van, olas vienen, las inmigraciones hicieron el resto y así nos
llega el combo con calabazas, disfraces, brujerías, “dulce o trato” y demás.
Ahora, al menos, sabemos por qué.